Pronto comenzará un nuevo curso, y uno de los baluartes de nuestro colegio no estará entre nosotros, Mateo. Es seguro que lo echaremos de menos, tanto los alumnos como los compañeros. Es uno de esos maestros que no pasa desapercibido y se hace de querer, con sus chistes, sus trovos, sus gracietas, su dedicación a los chavales... siempre tratando de poner una sonrisa en sus caras.
Uno de sus alumnos, aprovechando el certamen de creación de cuentos, escribió esta símpatica narración titulada "Mateolandia".
No lo perdemos por que se jubile, pese a que ya tiene muchos años trabajados, ni por que se haya cansado de nosotros, ni por que esté enfermo (Dios no lo quiera), lo perdemos por motivos personales que a todos nos pesan. Se va muy cerquita y seguro que lo recibirán con los brazos abiertos, ya que conoce a muchos de sus nuevos compañeros, son sus vecinos.
"Con agrado y simpatía"
te digo a tí , compañero,
que aquí en el San Isidoro
nos faltará tu alegría,
y tu gracia y tu salero,
mas sabes que aquí tendrás
siempre tu casa algareña
para poderte venir
a comer con esta peña.
Mateo, te vamos a echar mucho de menos.
ResponderEliminarMucha suerte en tu nuevo destino y acuérdate de nosotros de vez en cuando!.
Estimado Mateo, espero que seas tan feliz en tu nuevo destino como yo lo fui contigo el año pasado durante mis prácticas de maestro. Me hiciste sentir como en casa. Gracias a tu experiencia y sabiduría aprendí, durante dos meses, todo lo que se debe y no se debe hacer en el aula. Y gracias a ti descubrí también que lo que verdaderamente vale para ser un buen maestro es el compañerismo y las ganas de trabajar, de darlo todo, más incluso de lo que a un maestro la ley obliga; sin esperar nada a cambio.
ResponderEliminar